Tuesday, March 25, 2008

Hitler y los hombres lobo: una inquietante relación


Desde el principio, Adolf Hitler dotó a su criatura, el nazismo, de una fuerte carga simbólica. Elementos de origen mitológico y un insistente misticismo se desprendían de los estandartes, uniformes, insignias, condecoraciones y nombres elegidos para cada una de los engranajes que hacían funcionar la mayor máquina de muerte de la historia. Atrapado en su sueño megalómano, Hitler se esforzó en asegurarse que cada uno de sus símbolos dejara en claro su voluntad de poder, su sed de conquista y dominio absoluto.

Siempre sintió fascinación por la figura del lobo, aquel temido habitante de los bosques europeos y cuentos infantiles, hoy casi extinto. Las leyendas germánicas, por su parte, presentan abundantes historias con lobos y con hombres lobos. Su mismo nombre, (Adolf) casi como una predestinación tiene una etimología llamativa, que puede traducirse como "noble lobo". Asimismo, en sus primeros años en la política, Hitler también se había inclinado por un apodo curioso "Herr Wolf" (señor lobo).

Robert G. L. Waite, autor de una psicobiografia del dictador (The psychopathic god: Adolf Hitler, 1977) sostiene que éste, desde temprana edad, se sintió atraído por los atributos del lobo: su astucia, su ferocidad, su crueldad, sus ataques en conjunto y el brillo de sus ojos en la noche. Famosos son los ataques de ira de Hitler, que según algunos testimonios, cuando algo lo enojaba se producía en él una violenta metamorfosis: de ser un caballero mesurado se transformaba en una bestia salvaje en segundos. Gritando e insultando movía sus manos crispadas de una manera frenética, mientras el rostro se le enrojecía. Los generales que presenciaban o eran el blanco de estos accesos de furia salían de su despacho temblando, visiblemente perturbados.

Varios de sus cuarteles generales, es decir los lugares en donde se alojaba para examinar los mapas y ajustar los hilos de su máquina bélica, fueron bautizados con nombres referentes al antiguo mito del hombre lobo. Su lugar preferido, situado en el este de Prusia, se llamaba "La guarida del lobo" (Wolfsschanze), sitio donde se produjo el fallido atentado que casi termina con su vida. Otro, ubicado en una zona boscosa de Ucrania y en el que solo estuvo tres veces, se llamaba simplemente "Hombre lobo" (Werwolf).

Cuando se hizo necesario crear una fuerza que actuara a modo de guerrilla, es decir, pocos hombres que puedan cometer actos de sabotaje, atentados y asesinatos, inmediatamente se optó por un nombre que pudiera resumir el espíritu pretendido para llevar adelante esta clase de misiones, y el mismo fue "Wehrwolf", que forma un juego de palabras, pronunciándose casi como Hombre lobo, pero que incluye el termino "wehr", que en alemán significa "defensa", como en "Wehrmach" (Fuerza de defensa).

Los Werhwolf fueron conformados por hombres de la SS, pero sobre todo por las juventudes hitlerianas. Se trataba de pre adolescentes (a veces casi niños) fanatizados y dispuestos a morir por el régimen. Rápidamente fueron instruidos en tácticas básicas de guerrilla, como armar explosivos usando pólvora y una lata de sopa o como estrangular a un centinela con un metro de cuerda.

En los días finales, antes de la caída de Berlín, más precisamente el 23 de marzo de 1945, en un famoso discurso, Joseph Goebbels instó a recuperar aquella fuerza, que nunca estuvo muy bien organizada. Ese parlamento se conoció con el nombre de "discurso de hombre lobo". Una vez terminada la guerra, las actividades de los Werhwolf continuaron, y escondidos en las montañas Hartz o replegados en zonas inaccesibles de la Selva Negra, los ataques se hicieron mas espaciados, pero mantuvieron un preocupante nivel de actividad que algunas fuentes sitúan hasta 1950.

La película Europa (1991), de Lars Von Trier, con su hipnótica y onírica secuencia de imágenes relata aquellos inciertos años de posguerra en territorio alemán, donde el grupo se mantenía activo. Como en un filme de terror, la sucesión de cadáveres dejaban paso al sorpresivo final donde se revelaba quien de los protagonistas era un hombre lobo.

Con el falso trailer a cargo de Rob Zombie que se incluye en la película Gridhouse (2007) de Quentin Tarantino y Robert Rodríguez, se recupera desde un lugar absurdo la tan explotada relación entre nazismo, sexo y horror por cierto cine de bajo presupuesto de los setentas. En el trailer, (Werewolf woman of the SS) se presenta una atmósfera de parafernalia nazi, exótica y decadente en donde tienen lugar los mas absurdos experimentos. Si bien el cine de aquellos años extrañamente nunca intentó la mezcla nazismo y hombres/mujeres lobo, el fragmento está inspirado en films de temática similar su mayoría de origen italiano como La bestia en calor (1977), de Luigi Batzella, Ilsa, she Wolf of the SS (1975), de Don Edmund, o incluso productos con pretensiones artísticas como Salón Kitty (1976) de Tinto Brass.

Actualmente, como una suerte de legado de la fijación que el Tercer Reich tuvo con la figura del licántropo, muchos grupos neonazis europeos utilizan ese nombre. En 1994, uno de los ataques mas difundidos fue el atentado planificado por un grupo de hombres lobo en Moscú que pretendía destruir varias salas de cine en donde se proyectaba la película La lista de Schindler (1993), de Steven Spielberg.


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Escrito por: Mariano González Achi
Buenos Aires, Argentina



Visto en: Terra




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